El renacimiento del fenix {Logan}

Encerrada en la oscuridad desde hacia un año, tenia mucho en que pensar... Entre todas las cosas en las que pensaba, mi mente comenzó a repasar momentos fijos en mi historia: se detuvo en las semanas antes de que mi muerte se hiciera presente, cuando Phoenix se apoderó de mi cuerpo y mente, y por ello terminé asesinando al hombre que amaba, Scott, al profesor Xavier y a la mitad de los mutantes y humanos existentes... Una tristeza me embargó, pero aquella no era mi peor pena.
Mi mente cotinuo recordando rostros, llantos y lamentos, hasta detenerse en los momentos previos a mi muerte, en la mirada de Logan cuando le supliqué que me asesinara para acabar con el dolor y la pena que me rodeaba... Después de todo, esa persona no era yo, era un ser malvado y despiadado... Y con villanos como yo, que no se podían simplemente detener, debían erradicarse del tiempo y el espacio por siempre, debian ser eliminados. Tal y como siempre lo habiamos echo, yo no tenia porque ser la excepcion a la regla.
Sin embargo, el tiempo continuo avanzando y rememoré lo que sucedió cuando la luz de la vida me abandonó definitivamente... Me ví en una visión interna, donde estaba yo misma -con mi ropa de marvel girl- phoenix y dark phoenix... Ambas eran iguales a mi, pero incluso alguien que nunca me hubiera visto nos hubiese distinguido a la distancia. Dark phoenix exhalaba poder y maldad por cada poro de su piel, completamente opuesta a mi o a Phoenix, que eramos poderosas, pero con un toque de bondad. Escuché como la Dark Phoenix reclamaba su derecho a ser la parte conciente de nuestra union, siendo ella quien debiera controlar todo por ser la más fuerte. Y si es que lo dudabamos, nos desafiaba a una batalla mental... Si derrotaba a su rival, sería la "jefa". Sino, Dark Phoenix solo renaceria cuando lo quisiera la ganadora, estaría finalmente bajo el control de alguien...
La miré y dí un paso al frente, comprendiendo que aquella seria la batalla más importante que jamas hubiera tenido, tanto en mi vida anterior como en la futura.
-Yo seré quien pelee contigo...- le dije. Phoenix sonrió y se puso a mi lado, evidentemente mostrando que estaria conmigo en la batalla. Eso enfureció a la Dark más que nada, y se lanzó a atacarnos... Pero algo increíble pasó cuando unimos fuerzas: mi cuerpo se fundió con el de ella, mi ropaje de Marvel Girl fue cambiando de su verde y dorado a blanco impecable. Cuando mi transformacion se completó, ya no era Jean Grey, Marvel Girl, o Phoenix... Eramos la combinacion perfecta de ambas... Era White Phoenix of the Crowns, la más poderosa mutante que pudiera existir...
Y así, una batalla interna se dió en mi mente, que si bien duró algunos días en mi cerebro, fueron más de siete meses en el mundo real.
Cuando la batalla se terminó, la ganadora fui yo, la parte conciente, Jean Grey o White Phoenix. Ahora, solo faltaba el renacimiento, cosa posible dado a que como eramos una en dos, poseia los poderes de Phoenix.. Y por ello, podría renacer..
Llevaria varios días, claro. Pero la espera no sería nada, solo quería que todo saliera perfecto. Moria de ganas de volver a verlos a todos, preguntar que habia pasado en mi ausencia, e intentar recuperar mi vida, o por lo menos, parte de mis recuerdos... Acababa de notar que, ademas de los ultimos momentos de la batalla, no recordaba nada... Mi infancia, mi adolescencia, parte de mi vida de adulta era imposible de recordar. Suspiré... Aquel sueño pronto terminaría, lo sentía... Y así fue...
En las afueras de mi propio mundo, en los jardines del instituto, donde mi tumba se encontraba, un ruido se hizo notar con cierta fuerza, mientras la tierra se separaba y dejaba salir una hermosa figura flotando, rodeada de luz blanca y suave. Aquella figura se paró en el pasto fresco, a un metro de donde había salido, una grieta que volvió a cerrarse con cuidado para no perturbar el descanso de los otros dos cuerpos que habían alli enterrados. Una sonrisa se deslizó por sus labios mientras sentía la suave tela que la cubría, un vaporoso vestido que seguramente le habian colocado cuando habia fallecido. Sin embargo, no estaba muerta, estaba viva. Era yo, y había renacido nuevamente para poder hacer lo que no habia logrado en mi vida anterior: jugar para el bien la batalla.
Volví a sonreir, mientras abría los ojos con cuidado, notando la aurora que se acercaba rauda... Unos segundos después, la luz brillante del sol comenzaba a iluminar mi cabello, rojo como el fuego.
-He renacido con la luz del nuevo día, al igual que el ave fenix...- susurré, deleitandome de volver a escuchar incluso el sonido de mi propia voz nuevamente. Solo yo, sin nadie en mi cerebro... Miré a mi alrededor con cuidado, recordando los pasillos del instituto, sus sonidos y aromas... Pero no podía aparecer así nomas, no sería muy normal... suspiré.
-Me pregunto si alguien notará mi presencia, o tendré que hacerlo por mi cuenta y asustar a todos con esto...- me pregunté, mirando a mi alrededor. Sin embargo, sabia que alguien me notaria... El ruido que habia echo con mi salida de seguro debian de haber alertado a alguien. Despues de todo, era una escuela de mutantes. Alguien debía estar despierto, ¿o no?

Ese día desperté con un grito, había vuelto a tener pesadillas, bueno en realidad siempre tenía pesadillas, desde aquel fatídico día de la batalla en alcatraz, en la que tuve que hacer algo que me estaría pesando toda la vida, Un año, tres meses y diecinueve días habían pasado y la herida no dejaba de doler, era una herida de las que nunca se cierran, de las que dejan cicatriz, una gran cicatriz que ni siquiera mi factor curativo podía curar.
Me levante y me vestí para ir al bar pues ya no podría dormir y aunque durmiera las pesadillas siempre estarían ahí. Desde aquel día trataba de aliviar con licor esta herida tan profunda que tenía en mi, pero era una tarea prácticamente imposible teniendo en cuenta que no podía emborracharme como me gustaría.
Entonces note una sensación extraña, una que me recordaba a Jean, como si ella estuviera viva en alguna parte o si hubiera vuelto a la vida, sacudí la cabeza, me estaba volviendo loco, puede que estuviera loco, quizás lo estuviera desde el día en que quite la vida a la mujer que amaba, pues esa sensación solo era una locura, Jean se había ido, se había ido por mi culpa y nunca regresaría y saber eso solo me destrozaba, era un vacío en mi interior que se habría cada día un poquito más.
Al final cogí la moto para volver a la mansión y visitar la tumba de Jean, pero en el camino no me dejaban de atacar recuerdos que me atormentaban:

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Tras una batalla y haber conseguido vencer a Magneto todo parecía acabado, los X-Men habían conseguido ganar y yo mire a Jean después de haberle quitado los poderes a Magneto.
-Se acabo, Jean, se acabo - le dije para convencer a Jean, quizás consiguiera convencerla de volver, pero en ese preciso instante una desdichada aparición de los soldados disparando sobre Jean hizo que la ira de Phoenix se liberara empezando a desintegrar todo a su alrededor.
-Soy el único que puede pararla -le dije a Tormenta, aunque mas bien me lo decía a si mismo para darme fuerzas para hacer algo que me resultaba casi imposible de hacer, así que tras irse todos, empecé a acercarme a Jean para hacer lo más doloroso que haría en toda su vida -Jean se que estas ahí dentro -dije para tratar de hacerla volver en si, al final conseguí llegar a Jean a pesar de que a medida que iba acercándome a ella me iba desintegrando y eso resultaba muy doloroso, pero eso no me detendría, tenía que salvarla sea como sea.
-Logan, ¿morirías por ellos? -pregunto Phoenix.
-No, no por ellos… por ti, por ti -dije, pues no lo hacia por los demás, lo hacia por ella, porque era la única manera de poder salvarla.
-Logan, sálvame -suplico Jean que le salvara de la influencia de Dark phoenix.
-Te quiero -dije antes de hacerlo antes de que me fuera imposible hacerlo y le clave las garras, fue como si me las clavara a mi mismo abriendo una herida que jamás se cerraría , Jean murió en mis brazos y mientras ella daba su último suspiro sentía como mi vida se escapaba junto a la de ella. Con ella en mis brazos solté un grito en el que libere todo el dolor que me consumía por dentro.
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Al volver a la realidad me di cuenta de que estaba tan distraído con mis recuerdos que no se había dado cuenta de que un autobús estaba a punto de atropellarme por lo que rápidamente gire mi moto y lo esquive por los pelos, tras eso seguí mi camino a la mansión. Eso me tenía traumado, cada día acudía a mis pesadillas, era una imagen que se repetía en mi cabeza cada noche.
Al llegar a la mansión lleve un ramo de flores a la tumba de Jean, desde que había vuelto a la mansión acudía a su tumba cada noche y la recordaba, pues no había día en que no la echara de menos… echaba de menos su presencia, el aroma de su cabello, sus hermosos ojos verdes.
Pero esa vez fue diferente pues al llegar a la tumba vi algo que me dejo petrificado, la tierra estaba removida, la idea de que alguien se hubiera atrevido a profanar la tumba de Jean no hacia mas que ponerme muy enojado y me inundaba la furia animal que siempre había llevado dentro, de un movimiento furioso clave las garras en un árbol que había en los jardines y rugí furiosamente como un animal, la ira se había apoderado de mi.
Pero entonces me percate de algo que me paro en seco, estaba oliendo algo muy familiar, el aroma de Jean, pero era imposible, también estaba sintiendo su presencia, pero era algo tan descabellado, no creía que podía ser cierto y sin embargo se sentía tan real…
Sea lo que sea el aroma venía de dentro de la mansión por lo que me dirigí corriendo hacia allí tenía saber si era cierto, corrí por los pasillos hasta encontrarla y parar en seco, ahí estaba ella… Jean Grey.
-Jean, ¿eres… eres tu? -me costaba hablar, me sentía muy feliz, mi corazón latía desbocado como si se me fuera a salir del pecho, sentía como si estuviera en una nube de felicidad flotando por el aire, pero a la vez tenía miedo de caer, de que ella desapareciera y todo resultase ser un sueño o directamente que me hubiera vuelto loco del todo, felicidad y miedo, esas eran las intensas emociones que me recorrían en este momento.

Había pasado varios minutos allí, simplemente sintiendo la brisa revolver mi cabello, notando como el brillo, antes intenso, de mi piel se iba bajando poco a poco. Cuando consideré que era un poco más "normal", comencé a caminar por el lugar. El pasto era suave a mi tacto, el aire era fresco, cada sensación me hacía estremecer de emoción. Habia estado encerrada tanto tiempo, que aquel alivio era todo lo que necesitaba para ser yo misma de nuevo.
Llegué a la puerta de la mansión, pero no quise despertar a nadie... Con mis poderes, la puerta se abrió ante mi con la delicadesa de la brisa del verano, y lo mejor fue que lo hice sin consecuencia alguna. Phoenix y yo estabamos unidas, y en aquellos momentos, dudaba que me pudiera descontrolar... Estaba al mando, y Dark Phoenix no se atrevería a desafiarme.. No de nuevo.
Comencé a caminar por los pasillos del instituto, estudiando sus recovecos, acariciando las paredes conocidas, recordando un poco de mi vida allí. Había sido feliz, pero no se comparaba en lo mínimo cuando escuché esa voz que me hablaba detras mio. Me detuve, sintiendo mi pulso acelerarse, pero no me dí vuelta. No podía ni mover un músculo de la emoción...
Luego de varios dolorosos segundos, o tal vez minutos, giré mi cabeza seguida de mi cuerpo, mirándolo.
-Logan..- susurré, mirándolo. No sabía que decir, porque en aquellos momentos sobraban las palabras. Quizás no me reconociera, quizás me considerara una extraña por aquel brillo aun raro que poseia mi piel como resultado de mi reciente renacimiento, o quizas solamente pensara que era Phoenix. Pero sabia que no se equivocaria.. El me reconocía, estaba segura.

Seguía petrificado sin recordar ni siquiera como moverme, mi cuerpo se erizo de emoción al sentir su presencia tan cerca y no podía dejar de pensar que se trataba de un sueño, tenía serlo pero mi interior me decía que no era.
Ella se paro cuando escucho mi voz detrás suya antes de girarse, al hacerlo pude ver su rostro, me perdí en su mirada, esos hermosos ojos verdad, su pelo rojo tan radiante, ese rostro nunca se me olvidaría por muchos años que pasara sin verla, siempre lo recordaría sin duda era ella y no solo lo sabía por su físico, lo sentía, sentía que era ella, con mi olfato lo percibía y en mi interior tenía completa conciencia de ello a pesar de estar brillando de esa forma, no entendía lo que pasaba, su belleza, su forma de brillar parecía un ángel, pero me daba miedo que fuera un sueño, una alucinación de locura.
Al oír su voz calida y suave llegar a mis oídos el corazón me dio un vuelvo completo, sin notarlo solo por instinto di un paso hacia ella, no soportaba el no saberlo, el pensar que me estaba volviendo loco -Jean, ¿eres tu?... es decir... ¿realmente eres tu? -dije mirándola petrificado -¿no estoy soñando? -pregunte mirando a Jean, el corazón me latía de manera desbocada parecía que se me iba a salir del pecho de la felicidad.

Temí por unos instantes que me desconociera y me atacara, pero solo fue pasajero, como un viento frío que se perdía en el horizonte. Logan jamás me dañaría a menos que se lo pidiera, como había sucedido ya un atrás, cuando había perdido el control de mi cuerpo y mis poderes, convirtiéndome en una amenaza para todos.
A pesar de todo, una suave sonrisa ascendió por mi rostro, ignorando mis sentimientos internos... Todo al ver el confundido rostro de Logan, que sin duda tenía una lucha interna mucho más fuerte que la mía. Me acerqué a él poco a poco, para no volverlo más loco de lo que ya parecía estar por aquello, y asentí levemente.
-Shhh, tranquilizate...- le susurré, rogando internamente que me hiciera caso, mientras aún avanzaba hacia él.
-Probemos si estás soñando o no....- agregué, mientras me detenía frente suyo y estiraba una mano hacia su rostro, acariciando su mejilla con cuidado. Su tacto con mi piel hizo que me revivieran los sentidos... Estaba viva nuevamente...

Me quede muy quito, la impresión seguía dejándome paralizado, verla allí tan hermosa como siempre y hasta brillando, era más de lo que podía entender, ¿como podía ser posible que ella estuviera ahí? no podía ser, ¿como podía estar ahí? eso era imposible, debía tratarse de un sueño.
Cuando ella comenzó a acercarse todo mi cuerpo se estremeció de la emoción, quise retroceder unos pasos para que no me tocara pues no quería descubrir que era un sueño pero no pude moverme y cuando ella me acaricio no pude evitar cerrar los ojos con alegría disfrutando de su suave caricia y al abrirlos le sonreí, antes de mirarla extrañado -Jean... ¿pero como? -dije refiriéndome a como es que estaba ahí. Sentí unas ganas terribles de abrazarla pero no lo hice por miedo a lastimarla, me había quedado sin aliento por la emoción y parecía estar dando vueltas al infinito.

Solté el aire que había retenido inconscientemente al tocarlo. Ciertamente, yo tampoco podía creer aún que estuviera allí con vida, pero así sucedía. Mi mirada se iluminó al ver esa alegría interna que tenía.
-Phoenix... Ella me revivió...- le contesté simplemente.
Notando que aquella respuesta posiblemente no le sirviera demasiado en aquellos momentos. Suspiré.
-Es... Una muy larga y complicada historia. Realmente ha sido un año duro para mi... Una batalla horrible se desencadenó en mi mente...- comenté, bajando mi mirada, intentando no recordarlo pero sin poder evitarlo. La mirada cruel de Dark Phoenix en toda la batalla, haberme salvado solo por suerte y táctica... Había tenido suerte de haber ganado aquella situación, estaba segura.
-Temía que... No pudiera volver a verte jamás...- susurré, mientras una lágrima descendía por mi mejilla, demostrando mis aflicciones internas. Estaba tan cansada de pronto....

Escuche la palabra Phoenix y sin poderlo evitar me vino a la mente el último momento que vi con vida a Jean, seguido del momento en que le arrebate la vida, tuve que desviar la cabeza un segundo hacia otra dirección para intentar mantener a raya esos recuerdo. Volví a mirar a Jean, alegre porque estuviera ahí. Repetí en mi cabeza lo que acababa de decir: "Realmente ha sido un año duro para mi" sonreí tristemente como queriéndole decir que sabía a lo que se refería había pasado por un tormento este último año y volverla a tener aquí era el sentimiento más feliz que hubiera sentido en mi vida. Le puse los dedos en la barbilla para que me mirara -lo importante es que eso ya paso, estas aquí ahora -dije con voz calida para reconfortarla. Exhale aire en una risa cortada por la alegría y la conmoción que sentía al oírla decir que temía no verme más y con una tierna caricia seque sus ojos con mucho cuidado -conozco un poco ese sentimiento, tranquila, Jean, aquí estoy -susurre con cariño sin atreverme a decir lo mal que lo pasaba pensando que no la volvería a ver.

Lo miré a los ojos mientras secaba mi mejilla. Logan siempre había sido el salvaje del grupo, aquel cuyo instinto animal estaba siempre presente... Pero yo sabía que era solo una fachada por todo lo que había sufrido en su vida, y que en realidad era muy bueno... O por lo menos, así era como se comportaba siempre que estaba conmigo.
Dando un paso hacia adelante, rodee su cuerpo con mis brazos. Su cuerpo estaba caliente, completamente diferente al mío que, habiendo resurgido hacía solo unas horas, aún estába frío... Quizás demasiado frío, pero no pude evitarlo... Realmente había extrañado su aroma, su fuerza... Sobretodo desde la muerte de Scott.
Hundí mi rostro en su camisa, mientras mis brazos tomaban más fuerza y lo sujetaban, casi convirtiendome en una niña que buscaba refugio. En eso me había convertido ahora.
-Es bueno estar de vuelta...- susurré.

Le sonreí genuinamente cuando ella me miro a los ojos de esa forma que hizo que todo mi cuerpo se estremeciera y me perdiera en sus hermosos ojos color verde, hacia mucho que no sonreía y mucho menos que fuera una sonrisa sincera, tarde un momento en reaccionar y cuando lo hice le devolví el abrazo algo tímido y reacio pues sentía un miedo terrible de herirla y no era capaz de quitarme ese miedo de la cabeza, la note fría y eso me recordó como había estado hasta hace muy poco, no pude evitar que se me escaparan dos lagrimas de felicidad por tenerla ahí y por la tristeza de recordar que había estado muerta, luego asistí a lo que ella dijo y la separo un poco de mi para poder mirarla a los ojos -eso es lo que cuenta -dije mientras le sonreía, -bueno, ¿tienes hambre? ¿necesitas algo? -dije tratando de asegurarme de que estuviera bien.

Me quedé pensativa unos segundos ante la pregunta de Logan.
-Creo que... olvidé lo que se siente el tener hambre- le contesté. Era cierto, no lo recordaba por completo, era como si mi cuerpo aun no se acordara como era el vivir de nuevo. Negué con mi cabeza, resintiendo a esos pensamientos, y solo sonreí.
-Si... supongo que tengo hambre- comenté. -¿Me acompañarías?- agregué, en una pregunta.
Realmente dudaba que se negara, pero quizás quería estar solo unos momentos. Era demasiado para pensar, demasiado para asimilar. Y ciertamente no lo culparía prefería quedarse solo.
-Eso solo si quieres, por supuesto- dije, finalmente, agregando mis pensamientos a mis palabras, temiendo de su respuesta un poco.

La mire preocupado cuando dijo que no recordaba como es tener hambre y eso me dejo algo preocupado, no supe que decir a eso así que no dije nada y me quede callado mirándola fijamente, al final cuando dijo que si tenía un poco no pude evitar sonreírle -claro, que te acompañare Jean -dije de forma cariñosa y luego añadí -además, si resulta que no tienes hambre no importa, después la tendrás y me vendría bien una cerveza -dije restándole importancia al asunto como si eso no fuera por todo lo que estaba pasando. La verdad tenía toda la cabeza hecha un lío y necesitaba pensar pero en otra ocasión ahora quería cuidar de Jean.

Negué con la cabeza suavemente cuando mencionó que más tarde él necesitaría una cerveza.
-Por más que tengas curación, el beber no te hace bien, Logan...- le dije con suavidad, mirándolo. Suspiré cuando una idea cruzó por mi mente y, cerrando los ojos para intentar ocultar mi dolor, agregué.
-Quiero confiar en que no has estado bebiendo todo este tiempo... ¿Verdad?- le pregunté, aunque me imaginaba la respuesta en mi mente. Me odiaba por haberle echo esa clase de daño, jamás le tendría que haber pedido que me asesinara... Pero era la única opción que me quedaba, no podía vencer a Dark Phoenix, nadie podía... La única forma era eliminandome a mi misma, y solo así el mundo se salvaría...
Sabía que le había dolido... Pero era la única forma...

Le sonreí tristemente cuando dijo lo de que beber no me hacia bien -bueno, una cerveza nunca a matado a nadie, ¿verdad? y menos a alguien como yo -dije con un tono calido porque quería ser fuerte para ayudarla en ese momento, cuando ella pregunto si había estado bebiendo todo este tiempo la mire a los ojos y le sonreí antes de acariciarle la mejilla con suavidad -no te preocupes, pelirroja, no me he embriagado si eso es lo que te preocupa, ahora, vamos a la cocina a por algo para comer -dije esperando que ella no notara que intentaba evadir responder esa pregunta tan delicada ,no quería que supiera como había estado, no quería causarle mas daño.

Su respuesta me hizo rodar los ojos. Comprendía muy bien lo que decía, aún había cierta parte de mi memoria que estaba considerablemente intacta... Entre todo ello, su capacidad.
-Apuesto a que no te has embriagado, puesto a que no puedes... Es parte de tu poder, logan!- le repliqué, por primera vez algo ofendida... Él no quería preocuparme, lo sabía. Pero el echo de que me tratara como si no conociera sus propias debilidades era un tanto malo... ¿realmente pensaba que no recordaría la excusa que usaba siempre que tomaba?
Suspiré y negué con la cabeza, intentando despejar mi mente.
-Mejor... Vamos a comer, si?- murmuré. Mi tono de voz, de aquel potente defensor, había descendido considerablemente hasta convertirse en un murmullo. Mi fuerza caía poco a poco, descendiendo lentamente. Necesitaba comer.